Consejos para una buena lactancia
Aunque amamantar a un hijo se considera como lo más natural del mundo, hay algunos consejos que conviene tener presente. Lo primero es saber que no existe mejor ocasión que ésta para estrechar lazos afectivos en la relación madre e hijo.
Es importante estar relajada y considerar este tiempo como un descanso y no como una pérdida. Al principio intente no seguir ningún horario rígido para alimentarlo. El bebé puede comer cada vez que tenga ganas, aunque hayan pasado sólo unos minutos.
Siéntese cómoda, en una posición que pueda mantener sin levantarse por unos cuarenta minutos, además de tener a mano un vaso de agua, ya que es probable que sienta sed.
Si bien existen diversas posturas para amamantar, la más usada es acunar al niño en los brazos, con el cuerpo cerca del suyo y la cabeza a la altura del pezón.También es importante ubicar al niño de tal forma que pueda verla.
Mientras lo amamanta hable con él o cántele suave, para que asocie el placer de alimentarse con la imagen de su madre.
Al comenzar, ayúdelo a interesarse por la lactancia, acariciando suavemente su mejilla, de tal forma que se vuelva hacia el pecho. Antes de introducir el pezón en su boca, límpielo con un algodón estéril y agua hervida tibia o fría.
Para evitar que el recién nacido le provoque daño, cuide que el pezón y la aréola entren completamente en su boca. La leche saldrá por la succión y presión de la lengua contra el paladar, por lo que debe asegurarse que su hijo succione con fuerza y rítmicamente.
Cuando termine de darle leche con un pecho, introduzca su dedo meñique en la boca del niño y empuje con suavidad la mandíbula hacia abajo, para interrumpir la succión y evitar que tire del pezón y le haga daño. Acto seguido, apóyelo en su hombro y proceda a sobar su espalda de manera descendente, para que de esta forma elimine los gases retenidos. Una vez concluido este procedimiento, su hijo estará listo para seguir amamantándose, ahora con el otro pecho. Recuerde que la próxima toma de leche deberá comenzar con el pecho contrario al que terminó de amamantar a su hijo.
Leche materna
Es probable que se sorprenda por el aspecto poco acuoso de la leche materna.
Es normal que luego de 72 horas después del parto, la madre produzca un fluido poco espeso y amarillo, llamado calostro, que está compuesto por agua, proteínas y minerales, y cuyos anticuerpos protegen al recién nacido de sufrir infecciones intestinales y respiratorias.
Luego de los primeros días aparecerá la leche definitiva, que es rica en grasas y proteínas.
La producción de leche es acorde a los requerimientos del recién nacido, o sea que en la medida en que se amamante más ávidamente, más leche se produce.
En los primeros días de vida, el niño requerirá de poca leche en tomas muy frecuentes. Ya alrededor de los dos meses, la mayoría de los niños se alimenta aproximadamente cada cuatro horas.